jueves, 24 de enero de 2008

Origen de la familia


Queridos Hijos y sobrinos:

Siempre me interesó conocer mis raíces, pero, como dice un refrán, en la vida todo tiene su tiempo. Pues bien, hoy he llegado a una edad en la cual el tiempo me sobra y sintiendo la necesidad de hacer algo de provecho, escribo estas líneas para que las lean y puedan así conocer, a través de ellas, la historia de nuestra familia.

Años atrás, mi mamá, quién siempre había visto en mis inquietudes para investigar este tipo de cosas y por ser la mayor de la familia Manjarrez Domenech, me proporcionó un legajo el cual, a su vez, le había sido entregado por mi tía abuela, Sra. Doña Enriqueta Manjarrez de Murguía. Dicho legajo contenía diversas escrituras, títulos de propiedad, algunos testamentos y otros documentos que guardé celosamente durante varios años, con la esperanza y el deseo de que algún día escribiría sobre este tema.

En esos papeles pude encontrar lo que tanto deseaba saber, cuál era el origen de nuestras raíces. Debo, ante todo, aclarar a ustedes, mis queridos hijos y sobrinos, que este no es un estudio exhaustivo ni profundo, sino algo muy sencillo que trata únicamente de dar a conocer a ustedes y a las generaciones venideras nuestro origen familiar, porque yo creo que una vez desaparecida mi generación, se perderá toda la historia de la familia Manjarrez.

PRIMERA GENERACIÓN
Se supone que el primer Manjarrez que llegó de España, a las tierras de Campanillas, fue Don Lorenzo de Manjarrez, natural de la Villa de Manjarres de la provincia de Logroño, España, del cual se desconoce el nombre de la persona con quién se casó y el número de hijos que procreó, ya que únicamente se habla de dos de ellos, llamados Juan José y Francisco Javier. Es de éste último, a través de su hijo Damián, del que se desprende el tronco de la familia Nuestra.
Por encontrarse ligada a la historia de la familia Manjarrez, paso a mencionar lo siguiente: En aquél tiempo, el predio de Campanillas, al igual que el de Palmarito, La Labor, Tacuitapa, Los Tulipanes, El Paraje, Ramada; Tacote, El Capule y Zamora, eran todos propiedad de su Majestad el Rey Fernando de Castilla de León y Aragón. Sin embargo, esas tierras las tenía, desde hacía dieciséis años; en pacífica y quieta posesión, el Sr. Don Martín Loaiza; el que al morir, les heredó a su hijo Don Juan Antonio Loaiza.

En el año de 1720, Don Juan Antonio Loaiza denunció estas tierras en información Ad perpetuam mediante un oficio librado ante Don Pedro Malo Villavicencio, Oidor que fue de la Real Audiencia. Las tierras antes mencionadas fueron medidas por Don Francisco de la Vega y aprobadas por el comisionado Don José Pelaiz Estrada, resultando un total de 30 sitios de ganado mayor y un cuarto más. El precio estipulado por la Corona fue de 330 pesos en reales y la operación la aprobó Don Fernando Urrutia Consejero de su Majestad. El pago se hizo en efectivo al Sr. Don José Pelaiz Estrada, Comisionado de la Caja Real de Guadalajara. Esas tierras pertenecía a la jurisdicción de San Ignacio del Nuevo Reino de Vizcaya.

Años después, Don Juan Antonio Loaiza, solicitó la titulación de estas tierras argumentando que su padre, Don Martín, las había poseído por muchos años al igual que él. Este escrito lo presento el 12 de Mayo de 1732 y le contestaron afirmativamente el 15 de Febrero de 1733; haciéndole la aclaración que se le vendían dichas tierras a él, su madre y sus hermanos, para que las disfrutaran pacíficamente, como una merced especial por servicios prestados a su Majestad por Don Juan Antonio Loaiza. Dicha comunicación se hizo a través de Don Fernando Urrutia, Oidor de la Corona.

El titulo fue otorgado, en época colonial, unido al de la Hacienda de la Labor, hoy propiedad de la familia Laveaga. Está inscrito en la Notaria del Lic. Francico J. Salcedo, en el archivo de la Secretaría del H. Ayuntamiento de Mazatlán, con fecha de Agosto de 1733. En el año de 1758-59, fue extendido el Título de Confirmación y en 1788-89 se entregó el Título primordial. Este último fue enviado directamente por el Rey de España y actualmente se encuentra en el legajo que me entregó mi mamá.

Es aquí, precisamente, el punto en el que la historia anterior se liga a la de nuestra familia. En el año 1733, Don Juan Antonio de Loaiza le vendió a Don Lorenzo de caballería correspondiente al predio de Campanillas. Al comprarlo en 105 pesos en reales, Don Lorenzo lo denominó San Francisco Javier de las Campanillas, quizás en honor de su hijo Francisco Javier.

Los límites de este predio eran lo siguiente: Al norte, colinda con las tierras llamadas del Potrero; al sur, desde las casas de dicha Hacienda (tres cordeles hacia abajo, que serían dos leguas más o menos); al oriente, con el Rincón de Zacatecas y al Poniente con el Potrero de la Urraca.

Años después, Don Lorenzo de Manjarrez compró seis sitios de ganado y un cuarto más, que en legítima posesión venían disfrutando Don Martín Loaiza y sus herederos desde hacia muchos años. A este predio se le denominó Palma y Sandía, incluidas las tierras del Tambor. El título que presento Don Juan Antonio Loaiza estaba librado por Don Pedro Melo de Villavicencio, Oidor que fue de la Real Audiencia.

SEGUNDA GENERACION
De los hijos de Lorenzo de Manjarrez, Juan José y Francisco Javier se sabe muy poco. Don Juan José tuvo una hija llamada Gabriela, la cual casó con Don Feliciano Padilla procreando dos hijos llamados Anselmo y Faustino. Del segundo hijo, Francisco Javier se sabe que tuvo varios hijos, entre ellos Pedro, Victoria, Gambino y Don Damián Manjarrez, el cual casó con Doña María Mota y Padilla y que procrearon los siguientes hijos:

TERCERA GENERACION
María Josefa, se casó con Don Ignacio Ramírez.
María Micaela, con Don Juan José Padilla.
Petra, con Don José Fructo Romero.
Paula, no se caso.
Don Blas, de quien se desconoce si se casó o no.
Don Ignacio, que casó con Doña Rafaela Osuna Partida.

Don Damián compró al hijo de Don Juan Antonio Loaiza, Don José Antonio, las tierras denominadas del Potrero en 500 pesos, las cuales medían un sitio y cuatro caballerías. Don Damián murió el 18 de Noviembre de 1794.

Don Blas y Don Ignacio, hijos de Don Damián, fueron los únicos herederos por haber sido ellos los que pagaron las deudas que habían dejado su padre antes de morir, esto último con el consentimiento de sus cuatro hermanas. A continuación transcribo un párrafo del testamento de Don Ignacio Manjarrez y Mota Padilla, en el que se hace referencia a los anterior. Dice el texto:

“Don Blas se hizo cargo, por ser el mayor de las deudas contraídas por su padre Don Damián, reintegrándose los bienes a los precios que aparecen en el inventario. Entre las deudas de mi padre aparecían los 500 pesos de la compra del Potrero a Don José Antonio Loaiza. Convinieron que la pagaría al 50% cada uno, habiendo entregado Don Ignacio de inmediato 120 pesos; al ir a pagar después los 130 restantes, se negó Don Blas a recibirlos se insistió varias veces, las mismas que se negó, razón por la cual declaró lo siguiente:

“Mi ultima Voluntad, es que el cuerpo de mis bienes les sean entregados por mis Albaceas a mi hermanos Blas los 130 pesos que adeudo y se niega a recibir, quedando así con esta disposición asegurado el convenio para evitar discordias que puedan suceder a nuestros herederos”
“Don Blas recibió el dinero que le correspondía pagar a Don Ignacio, y éste a su vez, hizo la siguiente declaración”
“En caso de reclamo por los herederos de Don José Antonio Loaiza, no serán responsables mis herederos, sino los de Don Blas, porque él fue quien recibió por los 250 pesos, valor del 50% de las tierras que a mi me corresponde pagar”

Este testamento lo hizo Don Ignacio en el año de 1823 muriendo tres años después, en 1826. Sin duda, el texto de este testamento nos revela claramente el carácter de nuestro antepasado (tatarabuelo) como el de un hombre recto, empecinado y muy cumplido en sus tratos, que además buscaba siempre la armonía para la familia, que no hubiera discordia entre los hijos (tomen nota).

CUARTA GENERACION
Don Ignacio casó con Doña Rafaela Osuna Partida, originaria de El Rosario, Sin., hija legítima de Don Antonio Osuna y Doña Nicolasa M. Partida. Se casaron por el poder, pues Don Ignacio declaró que no podría asistir a la boda, por lo lejos del lugar y nombró en su lugar quién lo representara. Ella, una vez casada, se trasladó a San Ignacio con los bienes que aportó a su matrimonio como dote. Procrearon los siguientes hijos: María Feliciana, (21 de octubre 1810) María Josefa Agueda (7 de febrero 1808), Santos, Ignacio, Juan Nepomuceno, Antonio y Jesús. Sobrevivieron, únicamente, los cuatro últimos varones.

Don Ignacio fue el que compró la casa que hoy se tienen en San Ignacio: Entonces era una sola; hoy se encuentra dividida en dos partes, una propiedad del Sr. Germán Bastidas y la otra donde estamos. Esta casa se la compra Don Ignacio a Don Urbano de Ibarra, quien a su vez la había heredado de Don Sixto Ibarra, su padre. La venta del inmueble la autorizó su Albacea, Don José María Rochín, el valor de la finca se fijó en 210 pesos y la escritura se firmo en el año de 1820.

Seis años después, el 12 de Marzo de 1826, moría Don Ignacio Manjarrez en San Ignacio. A su muerte, fue Doña Rafaela quién se hizo cargo de los ranchos y la que siguió comprando más tierras. Era, creo, de carácter fuerte y muy dominante. Murió el 29 de Agosto del año de 1854.

Por lo que se refiere a Don Blas, hermano de Don Ignacio, se casó con Loreto Castro, aparecen como sus herederos siete hijos: Rafael Bentura, (19 de julio 1810) Ignacia, Cirilo, Felipe y Loreto. Tampoco se sabe cuando falleció, sólo se conoce la fecha en la que redactó su testamento, el 14 de mayo de 1823. Todos los hijos de Don Blas vendieron los derechos que tenían a las tierras de Campanillas a Doña Rafaela Osuna, y posteriormente a Don Juan Nepomuceno, hijo de esta.

QUINTA GENERACION
Del matrimonio de Don Ignacio Manjarrez y Doña Rafaela, como ya se dijo, sobrevivieron cuatro hombres: Juan Nepomuceno, Ignacio, Antonio y Jesús. Don Juan se casó el 14 de diciembre de 1858 con Doña Eustaquia Franco, originaria ella del poblado El Agua Nueva, municipio de Elota, procreando al menos seis hijos cuyos nombres eran:

SEXTA GENERACION
María Enriqueta, que casó con Amado Murguía, originario de El Rosario, Sin; no tuvieron descendientes pues se casó grande. Murió el 8 de Noviembre de 1945.
María Josefa, casó con Pedro Higuera, de edad avanzada. Tampoco tuvieron hijos. Murió el 5 de Mayo de 1932.
Waldina, casó con José Domenech Gutiérrez (mis abuelos). El era originario de Santander, España. Waldina casó a la edad quince años y murió el 7 de julio de 1938.
María Bernardina (19 de septiembre 1859), Demetria (14 de enero 1894), y otro hijo varón llamado Ygnacio Alberto (13 de junio 1866) que probablemente murió porque el otro Ignacio, murió a la edad de 23 años. Este último fue asesinado en el Paso Angostura, viniendo de Campanillas a donde había ido con las autoridades a tomar posesión de unos terrenos que le habían sido invadidos. Murió el 8 de Diciembre de 1894. Y si esto es cierto Ignacio nació en 1871, 5 años después de Ygnacio Alberto.
Don Juan Nepomuceno, a quien llamaban también Don cheno, fue un hombre muy emprendedor. Incrementó mucho su capital, pues les compro todos los derechos de herencia a sus hermanos Ignacio, que vivía en Durango, Antonio y Jesús. De igual forma, adquirió también los derechos de los herederos de Don Blas. Don Juan Nepomuceno falleció a las 5 y media de la mañana, en San Ignacio, el 18 de febrero de 1890 a causa de un ataque de apoplejía. Al morir deja los siguientes bienes:

Derechos de Campanillas
Derechos de Colompo.
Palma y Sándia.
El Tambor.
Guayuza y El Huizache.
El Potrero (Al norte de Campanillas).
Solar de Don Francisco Ibarra.
Guayabastita (terreno y casa)
La Mesteña.
Guaiyapa (300 hectáreas).
Casa de Ajoya.
Terreno de Ajoya. (La palma).
El llano y Azucena.
Solar en la Falda de la Mesa (Los ciruelos)
Ranchos: La Nevada, Las Islas, El Potrero, El Joso y Rancho Viejo.

El ganado era el siguiente:

35 vacas paridas.
60 vacas horas.
15 novillos.
65 crías.
25 bueyes.
4 yeguas.
4 caballos.
8 mulas.
6 burros mesos.
5 burras.

Los vaqueros eran los señores Luis Mellado, Francisco Pardo, Domingo Manjarrez (nieto de Blas, abuelo de Ramón), Ángel Guerrero (son los que recuerdo).

Doña Eustaquia se quedó administrando todos estos bienes en unión de su hijo Ignacio. Al morir éste, quedaron sus 3 hijas auxiliándola con gran capacidad, principalmente, la tía Queta, que era una persona muy inteligente, culta, muy altruista y religiosa, que cuida celosamente el nombre de la familia Manjarrez. Era una gran organizadora y conservó todas las propiedades mientras vivió. He aquí el porqué dicen que las mujeres eran de más carácter, principalmente Doña Rafaela y Doña Eustaquia. Los esposos de sus hijas en poco o nada participaban, y puesto que el único varón de la familia, Ignacio, había muerto joven eso agravaba la situación.

Sin embargo, la lucha que éstas señoras libraron para preservar el patrimonio familiar fue infructuoso, pues ya eran personas de mucha edad y, poco a poco, los ranchos se fueron perdiendo, el ganado se lo robaron y todo terminó en manos ajenas a la familia, sobre todo, en las manos de los que vivían cerca de tan alejados lugares, quiénes se posesionaron de ellos sin que nadie se animara nunca a reclamárselos, pues en aquellos tiempos era grande la falta de garantías.

Paso a mencionar las familias que formaron los otros tres hermanos de Don Juan Nepomuceno, Ignacio, Antonio y Jesús con todos sus miembros, generación tras generación. Comienzo con la de mi abuelo paterno:

FAMILIA DE IGNACIO MANJARREZ OSUNA. Caso con Doña Francisca Laveaga Olano, originaria de San Dimas, Durango. Procrearon seis hijos:
María Trinidad, Soltera, murió el 7 de Septiembre de 1936 en Guadalajara.
Juan Nepomuceno. Soltero. Murió en Culiacán el 28 de junio de 1945.
Ignacio, casó con María Guerrero de San Dimas, Durango. Murió en El Tambor el 6 de junio de 1938.
Adrián, casó con Waldina Domenech. Murió en Culiacán el 3 de septiembre de 1960.
Jesús, murió accidentalmente en San Dimas, Durango.

FAMILIA DE ANTONIO MANJARREZ OSUNA. Caso con Doña Eufracia Bastidas. Hijos: Marcelo, Gregoria, Rafaela, Juan Nepomuceno, Agripina, Rosario, Felipa e Isabel.

Marcelo casó con Anastacia Sánchez. Hijos, Ernestina y Antonio.
Ricardo casó con Crescencia Alarcón.
Ernestina con Conrado López, de San Juan.
Hijos de Ricardo fueron Veneranda, Candelaria, Elisa y Melquiádes.
Hijos de Ernestina fueron Antonio, Rosa, Angelica, Rosario, Ricardo, Socorro, Conrado y César.

Gregoria casó con José Bastidas (hermano de Lázaro y María)
Sus hijos Arsenio, Antonio, José y Victoria.
Arsenio casó con Rosa Mercado y tuvo a Octavio Arsenio, Alfonso, José Manuel, Celia, Rosa, Hindeliza y Evelia. Los hijos de estos parientes casi no los conozco. Viven casi todos en Ajoya.
Rafaela casó con Juan Manjarrez de Ajoya, no tuvieron hijos. Adoptaron a Víctor Ríos, hijo de Victoria Bastidas, nieto de Gregoria.

Juan Nepomuceno, casó con Catalina en su primer matrimonio. Hijos: Ramón, Eufracia, Alejandro, Antonio, Valo y Juan Nepomuceno.

Agripina, casó con Jesús Millan y tuvo a Laura y Octavio. Los hijos de Laura son Haydé y José. Hijos de Haydé, Adrían, Juan Carlos, Patricia (esposa de Luis Alfonso, hijo de Alicia) Gabriela y Sergio. Los de José no los conozco. Los de Octavio son Jesús, Octavio, Teresa, Mayra, Irma, Francisco e Ivone.
Rosario, casó con un sobrino del Padre Federico Cajero. No conozco sus hijos. Tuvieron cuatro hijos.
Felipa, casó con Herculano Perales. Enviudó, tuvo una hija Ernestina, casada con Amado Loaiza. Hijos de Ernestina son Luz Berthila, Amado y Laura. Luz Berthila casó con Rogelio Soto y tuvo dos hijos, Rogelio y Ricardo. Amado con Virginia Loaiza, tuvo 3 hijos: Amado, Virginia Alicia y Martha Ernestina. Laura caso con Alejandro Ramírez, dos hijos: Sergio Alejandro y Carlos Enrique. Felipa casó en segundas nupcias con Sóstenes Torrero de San Javier. Hijos, Francisco, Víctor, Herminia y Agustín. Herminia casó con Josué Tostado y tuvo a Josué. Josué casó con Concepción Torres Bon y procrearon tres niñas. Francisco casó con Aurora Salcido, tuvieron cinco hijos: Francisco, Graciela, Rosa María, Oscar y Guadalupe.
Víctor casó con Odilia Blancarte. Hijos: Lila, Miriam, Victor y Martín. Casados los cuatro.
Agustín, casó con Irma Milán Bastidas de San Ignacio; procrearon dos hijas, Virginia e Irma. Casadas, con hijos.
Isabel, caso con Francisco Larrañaga. Hijos, Fernando, Jesús, Roberto, Victoria y Margarita. Fernando casó con Emilia Benítez. Los hijos son: Jesús Fernando, Judith, Juan Francisco y José Ramón. Jesús Roberto casó con Bertha Torrontegui. No conozco su descendencia. Victoria casó con Jesús Sarabia. Hijos: Elba, Martha, Rosa María, Yolanda, Mario y Sergio.

FAMILIA DE JESUS MANJARREZ OSUNA. Don Jesús casó con una señora de apellido Maldonado y tuvieron dos hijos, Edmundo y Jovita. Hijos de Edmundo fueron Edmundo y Juana (de Coyotitán). Edmundo caso con… Juana con Diego Escobosa. Hijos: María de Jesús y Antonio.
Jovita se casó con Don Agustín Temple, inglés que vivía en Guadalajara. Era una señora de muchísimo carácter, muy dominante. Sus hijos fueron Agustín, Edmundo, Julia, Sarah, Ana, Arturo, María Luisa, Lidia y Daniel. Murieron todos jóvenes sin haberse casado, con excepción de Julia que caso con el Sr. León Espinoza. No tuvieron descendencia.
Ana, casó con Arcadio Laveaga y tuvo un hijo, Alberto Laveaga. Alberto casó con María Montes y tuvo cuatro hijos, Alberto, Ana, Luz María y Antonio. Alberto tuvo un hijo con Verónica del Río; Ana, tres (casada con Carlos Amézquita de Culiacán) Ana, Alberto y Cristina y Luz María casó con Jaime Quiriarte y tuvieron tres hijos, Jaime Sofía y Alejandro. Antonio es soltero.

Otros parientes descendientes de Don Blas Manjarrez y que casi todos viven en Campanillas, son:

Julián Manjarrez.
Domingo Manjarrez
Narcisa Manjarrez de Guerrero.
Benigno (hijo de Jesús)
Pedro Manjarrez.
Santiago Manjarrez.
Javier Manjarrez.
Maria Ignacia, hija de Blas, casó con Don Ramón Guerrero.
Loreto Manjarrez, hija de Blas, casó con un Torrontegui.
Ignacio, Bernardo Nazario y Delfina de Yuriar, son hijos de Delfina Torrontegui de Fajardo.
Luisa Manjarrez, casó con Melquiádes de Alarcón. Luisa es la madre de Crescencia, la que caso con Ricardo, hijo de Marcelo.
En fin, son un sinnúmero de Manjarrez los descendientes de Don Blas, pero no los conocemos. Los que menciona ya murieron hace tiempo. Sus hijos y nietos viven en Campanillas, Colompo y Ajoya.
En las criptas de San Ignacio están sepultados en la grande con forma de cuadrada, Don Juan Nepomuceno, Doña Eustaquia, Ignacio, Enriqueta, Waldina Manjarrez; los hijos de mi nina Waldina, Manuel, Enrique y Agustín, Ignacio Manjarrez Laveaga y María del Carmen Domenech. En la cripta con obelisco, Don José Domenech Guitiérrez; en la que está a un lado, Josefa M. de Higuera y, al frente, en la otra, José de Jesús Domenech y Ramón García.

miércoles, 23 de enero de 2008

Séptima Generación


FAMILIA DOMENECH MANJARREZ
Don José Domenech Gutiérrez llegó a México en compañía de un hermano de 16 años de edad, cuyo nombre ignoro y que murió ahogado al desembarcar en él puerto de Tampico en una fecha que también no conozco. Don José Domenech prosiguió su viaje rumbo a Mazatlán, Sinaloa, posiblemente en busca de los parientes apellidados De la Peña que él sabía radicaban en ese puerto. De Mazatlán se trasladó a trabajar al Mineral de Guadalupe de Los Reyes, Sinaloa. Más tarde, a la edad de 29 años, casó con la señorita Waldina Manjarrez Franco, originaria de San Ignacio, Sinaloa. La boda se celebró el 9 de Agosto de 1885. Una vez casados, se fueron a radicar a Guadalupe de Los Reyes.

En el año de 1886, y en virtud de haber adquirido algunos bienes en el Estado, solicitó, ante las autoridades correspondientes, autorización para conservar su ciudadanía española, y a todos sus hijos los registró como ciudadanos españoles. La autorización le fue otorgada a Don José, el 26 de Noviembre de 1887, cuando tenía la edad de 31 años, por lo que supongo debió haber nacido en el año de 1856. Don José y Waldina procrearon seis hijos.

José de Jesús. Nació el 27 de Diciembre de 1886.
Murió el 13 de Octubre de 1949.
Enrique. Nació el 17 de Noviembre de 1889.
Murió dos años después, en 1891.
María Enriqueta. Nació el 30 de Septiembre de 1891.
Murió el 18 de Noviembre de 1971.
Agustín Nació el 5 de Septiembre de 1893.
Murió en 1894.
Waldina. Nació el 20 de Agosto de 1895.
Murió el 22 de Mayo de 1973.
Manuel. Nació el 16 de Junio de 1897.
Murió cinco días después.

José casó con Rosario Salcido. Tuvieron una hija, María del Carmen, la cual se casó (ya grande) con el Señor Manuel Sillas, piloto aviador de Culiacán. María del Carmen murió el 11 de Agosto de 1947 al dar a luz a su hija, María del Carmen. Ella tiene actualmente un hijo de quince años, cuyo nombre es Mauricio Fernando.
Maria Enriqueta se casó, a la edad de 15 años, con Alberto Bueso. No tuvieron hijos. Posteriormente, se casó con Ramón García. Tampoco tuvieron descendientes.
Waldina casó con Adrián Manjarrez Laveaga, hijo de Don Ignacio Manjarrez Osuna. Procrearon seis hijos: Judith, Alicia, Juan Nepomuceno, Adrián, Maria Enriqueta e Ignacio.
Como podrán ustedes apreciar, queridos hijos y sobrinos, el apellido Domenech desaparece en esta generación, ya que al morir los tres varones en edad temprana, Enrique, Agustín y Manuel, y al no tener descendientes varones el único hijo hombre que sobrevivió, José de Jesús, el apellido termina en ese momento.

OCTAVA GENERACIÓN
FAMILIA MANJARREZ GUERRERO
Ignacio Manjarrez Laveaga (Hermano de mi papá). Casó con María Guerrero. Hijos: Ignacio, Lidia, Jesús, Concepción y Ramona.
Ignacio. Casó con Aurora Arce Lizárraga. Ignacio murió en Tepic, Nayarit. Sus hijos: Socorro (murió en una accidente en Guadalajara, en 1940), Blanca, Carlos, Ignacio, Miriam, Patricia y Marcia. Están todos casados, unos viven en Guadalajara y otros en Guaymas, Son., pero no conocemos a sus hijos.
Lidia. Casó con Luis Ochoa de Contraestaca. Hijas Sonia y Georgina. No conocemos a sus hijos, unos viven en México y otros en Guaymas, Son.
Jesús. Casó con Teresa Vega y murió en 1989. Sus hijos son: Maritza, Jesús, Sandra Guadalupe, Elizabeth, Marco Antonio, Judith, Silvia Rebeca, Adrián, Jaime y Omar Ignacio. Todos viven en los Mochis, Sin. Tampoco los conocemos.
Concepción. Desconozco con quien se casó, pero tuvo 5 o 6 hijos. Murió en México.
Ramona (Lucila). Casó y enviudó, tuvo una hija. Después casó con Jaime de Alba, de Guadalajara, y tiene 4 o 5 hijos. No sé sus nombres, viven en México. Como podrán ver, esta rama, que es la más directa por parte de mi papá, ya se perdió.


FAMILIA MANJARREZ DOMENECH
Adrían Manjarrez Laveaga, casó con Waldina Domenech Manjarrez. Sus hijos: Judith, Alicia, Juan Nepomuceno, Adrián, Enriqueta e Ignacio.

NOVENA A TRIGÉSIMA GENERACIÓN
Judith Manjarrez, casó con el Ing. Enrique Landgrave Jiménez, originario de México, D. F. Sus hijos: María Guadalupe Cecilia, José Enrique Adrián, Patricia María y Judith María. 
Alicia Manjarrez, casó con el Ing. Fernando Zazueta Amarillas originario de Culiacán, Sin. Sus hijos: Jesús Fernando, Luis Alfonso, José Carlos, Marco Antonio y Carmen Alicia. 
Juan Nepomuceno Manjarrez, casó con Guadalupe Díaz Pereda, originaria de Culiacán, Sin. Sus hijos: Adrián, Jesús, Juan Nepomuceno, Waldina, Jorge, Francisco Javier, Luis Humberto, Héctor Adolfo, María Guadalupe, Roberto David, Elizabeth, Leticia y Claudia. 
Adrián Manjarrez, Casó con Alicia Soberanes Rivas, originaria de Mazatlán. Sus hijos: Ignacio Adrián, Claudia Angélica, Ana Laura y Perla Adriana. 
Enriqueta Manjarrez, casó con Juan José Rosique, de origen catalán. Sus hijos: Adriana y Gabriela Waldina. 
Ignacio Manjarrez, casó con Cristina Uriarte, originaria de Culiacán, Sin. Sus hijos: Carmen Lucía, Enrique, Carlos Ignacio e Hilda Cristina.

Hijos y nietos de Judith y Enrique:
María Guadalupe Cecilia Landgrave Manjarrez, casó con Fernando Silva Troop de Cd de México.
José Enrique Adrián Landgrave Manjarrez.
Patricia María Landgrave Manjarrez. Casó con Antonio Cardénas originario de Torreón. Hijos: Antonio, Benjamín, Natalia y Ana Prity.
Judith María Landgrave Manjarrez. Casó con Daniel Carlón de los Mochis, Sin. Hijos: Judith, Daniel Enrique y Luis Gerardo. Daniel Enrique casó con Rebeca del Toro Aguayo de Guadalajara, Jalisco. Hijo: Diego

Hijos, nietos y bisnietos de Alicia y Fernando:
Jesús Fernando. Casó con Guadalupe Félix Otáñez, de Cosalá. Hijos: Fernando y Alejandra. Segundo matrimonio: Eva Díaz González, originaria de Chihuahua. Hijas: Kristel Evelyn y Luisa Fernanda. Fernando Zazueta Félix casó con María Rosa Aristegui, de Culiacán. Hijos: Fernando y María Rosa. Alejandra, su hermana, casó en un primer matrimonio con Adrián Flores. Hija: Adriana. En segundo matrimonio casó con Jesús Martínez Mateo, español. Hijas: Audrey y Emmeline. Kristel Evelyn Zazueta Díaz, casó con Jairziño Campos, de Culiacán. Hijos: Jair Santiago, Sebastián y Emilio.
Luis Alfonso. Casó con Patricia Bastidas Bernal, originaria de San Ignacio, Sin; (bisnieta de Agripina Manjarrez) Hijos: Luis Alfonso, Alicia Haydé y Adriana Patricia. Alicia Haydé casó con Lorenzo Konialidis, griego. Hija: Celine Ritsa. Adriana Patricia casó con José Mario Barrera Flores, de Culiacán. Hijos: Antonio y Alicia. 
José Carlos. Casó con Bertha Cecilia Guerrero Astorga, de Culiacán Sin.
Marco Antonio: Casó con Liliana León Ojeda, de Culiacán. Hijos: Marco Antonio, Pedro Luis y José Daniel.
Carmen Alicia. Casó con Rafael García Mancillas originario de Culiacán. Hijos: Rafael Alejandro, Carlos Fernando y Ricardo David. Rafael Alejandro casó con Marisol O'Farril de Monterrey, NL. Hijos: Loretta, Romina y Rafael. Carlos Fernando casó con Cecilia Ovalles Padilla. Hija: Carlota. Ricardo David casó con Maricarmen Olivera Carbajal.

Hijos, nietos y bisnietos de Juan Nepomuceno y Guadalupe:
Adrián. Casó con María Echavarría, de Culiacán, Sinaloa. Hijos: Alejandra, Adrián, María, Guillermo y Juan Pablo. Alejandra casó con Rubén Luders de Ciudad Obregón. Hijos: Rubén, Santiago y Alejandro. Adrián casó con Patricia Ramos, de Hermosillo, Sonora. Hijos: Adrián y Lourdes. Guillermo casó con Gilda Lorena Vázquez de Ciudad Obregón. Hija: Julia
Jesús casó con Silvia Elena Ferré, de Ciudad Obregón. Hijos: Melissa y Andrés.
Juan N. Manjarrez. Casó con Marcela Calles de Ciudad Obregón. Hijos: Mónica Marcela, Juan Nepomuceno y Ricardo. Mónica Marcela casó con César Serrano de Ciudad Obregón. Hijos: Mónica, César y Marcelo.
Waldina: Casó con Francisco Villa, de San José de Babiácora, Sonora. Hijas: María Guadalupe, Catalina y Waldina. Catalina casó con Ricardo Ramos Cambuston, de Ciudad Obregón. Hijos: Catalina y Ricardo. Maria Guadalupe casó con Raúl Miguel Ayala, de Ciudad Obregón. Hijas: María Guadalupe y Lucía. 
Jorge Enrique. Soltero.
Francisco Javier. Casó con Marisa Soto, de Ciudad Obregón. Hijos: Edna, Maritza y María Guadalupe.
Luis Humberto Casó con Concepción Flores, de Ciudad Obregón. En un segundo matrimonio casó con Zulema Guzmán, de Ciudad Obregón. Hijos Luis Humberto y Alicia.
Héctor Adolfo. Casó con María Jesús Rubalcava, originaria de Ciudad Obregón, Sonora. Hijos: Nubia Monserrat y Héctor Adolfo.
Maria Guadalupe. Casó con Enrique Moreno, de Ciudad Obregón. Hijas: Ana Elisa, Mónica y Sonia Guadalupe. Ana Elisa casó con Juan Manz Cota, originario de Ciudad Obregón. Hijos: María Elisa, Juan, Enrique e Inés. Sonia casó con Joel Enrique Navarro de Ciudad Obregón. Hijos: Joel Enrique, Julia y José Pablo. Mónica casó con Guillermo Esquer García, de Ciudad Obregón. 
Roberto David. Casó con Ana Luisa Navarro de Ciudad Obregón. Hijos: Roberto David y Rodrigo.
Elizabeth. Casó con José Iturbide de Guadalajara. Hijos: Andrea y Elisabeth.
Leticia. Casó con Francisco Obregón Elizondo de Ciudad Obregón. Hijos: Leticia y Francisco.
Claudia. Casó con Felipe Rojas de Ciudad Obregón: Hijos: Felipe y Juan Fernando.

Hijos y nietos de Adrián y Alicia:
Adrián Ignacio casó con Tania Aguirre Barba originaria de Tepic. Hijas: Sidney y Taila.
Claudia Angélica, soltera.
Ana Laura casó con Ricardo Ochoa, originario de Guadalajara. Hijas: Briana Sajad y Yamber Laureth.
Perla Adriana casó con Jorge Rivera originario de Guadalajara. Hijos: Jorge Adrián, Liah Renata y Ian Alejandra.

Hijos y nietos de Enriqueta y Juan:
Adriana. Casó con León Juan Sermet Guerrero de Ciudad de México. Hijos: Pablo y Juan Benjamín.
Gabriela casó con Luis Gabriel González Godínez, de Ciudad de México. En segundas nupcias, casó con Omar Gerardo Sarabia González, originario de Ciudad de México.

Hijos y nietos de Ignacio y Cristina:
Sus hijos: Carmen Lucía casó Francisco Javier Prado, originario de Escuinapa, Sinaloa. Hijo: Juan Pablo.
Enrique, casó con Brenda Osuna López de Culiacán. Hijos: David y Mariana.
Carlos Ignacio casó con Itze Lucía Pérez Vega de Culiacán. Hijos: Diana Lucia, Mónica e Ignacio.
Hilda Cristina, soltera.

En estas cuatro últimas generaciones, ya no hay ningún miembro que se dedique a las labores del campo, ni a la agricultura ni ganadería como lo hacían nuestros antepasados. La mayoría son profesionistas en diferentes áreas, esto, gracias a la visión de nuestro padre quien supo ver siempre más adelante de su época y nos sacó de San Ignacio para que tuviéramos la oportunidad de estudiar, desde luego con todo el apoyo de mi mamá.

Creo, mis queridos hijos y sobrinos, que con estos datos ustedes podrán tener una idea a grosso modo de su origen, de sus raíces, y conocerán también a sus parientes mas directos, pues como ven, es muy numerosa la familia Manjarrez. Cuando yo visite Ajoya, me sorprendí al ver que casi todos sus habitantes llevaban el apellido Manjarrez.

En el Chaco, Ixpalino y toda la Republica existen personas que llevan ese apellido, pero como les digo, resulta imposible rastrearlos a todos. Los que aquí se han mencionado son, practicamente, los que corresponden a nuestra rama. Por las observaciones que hice a través de esta recopilación, llegué a las siguientes conclusiones con respecto al carácter y la personalidad de nuestros antepasados, que fue muy determinante en la mayoría de ellos y que creo aun alcanza a nuestra generación.

En primer termino, una terquedad que en algunos de los miembros de la familia raya en la obsesión. Sentido de la honradez, muy acentuado, aunque, como todo, debe haber sus excepciones, pero la generalidad son así. Son también poco afectos al matrimonio. Tanto hombres como mujeres, se casaron grandes o quedaron solteros. Esta característica aún persiste en la actual generación. Son muy orgullosos, no en el sentido de presunción, sino más bien sensibles, a la menor ofensa se sienten lastimados. Son muy tímidos, más bien introvertidos. Las mujeres de carácter muy fuerte, dominantes, de una voluntad férrea heredada tal vez de Doña Rafaela e Eustaquia.

No sé si ustedes pudieron observar que en todas las generaciones, desde la de Don Damián Manjarrez a la de mi mama, siempre existió una persona, generalmente mujer, que era la que llevaba el bastón de mando en la familia, el ya mencionado matriarcado. Doña Rafaela, Doña Eustaquia, Doña Enriqueta y Doña Waldina que, creo, fue la última. Hoy día, cada familia se maneja sola, se ha perdido esa unión y esa hermandad que existía entre nuestros antepasados. Lástima que esta característica no supimos conservarla. La enfermedad de la familia es la del corazón.

Con esto doy por terminada esta recopilación que reúne los datos de diez generaciones de nuestra familia, esperando que les sea de alguna utilidad. Se los desea con todo cariño, su madre y tía. Judith